Conozca las joyas de la corona española: el diamante más valioso es Telefónica
20/10/2007 Actualizado: 8:13 - 24/10/07
Las gemas más grandes del parqué español, Telefónica, Santander, BBVA, Iberdrola y Repsol, son la parte más valiosa del tesoro del Ibex 35. Pero los tasadores del mercado, los analistas, opinan que la 'teleco' es la joya más atractiva del parqué de acuerdo con sus últimas revisiones.
La inversión en bolsa es un tema que escapa a mi conocimiento, no obstante es uno de los temas los cuales suscitan mi verdadero interés. ¿Cómo es posible comprar y vender el aire?
Y es que realmente las transacciones realizadas en el Palacio de la Bolsa distan mucho de las que efectuamos diariamente en cualquier supermercado. Allí los economistas (considero que las personas que se dediquen a este oficio tienen que tener una preparación previa por, a mi juicio, la complicación que entraña la propia profesión) venden acciones, valores y títulos de la más variada procedencia cuyo valor económico está sometido a las fluctuaciones del mercado.
No obstante ser inversor en bolsa entraña sus propios riesgos (y por extraño que parezca éste es uno de los motivos que suscita el interés de muchos inversionistas, el propio riesgo; por otra parte a mi me enseñaron de pequeña que con la comida no se juega) y no es sólo el pánico de que las acciones de tu propiedad bajen de valor, sino que, en realidad, la empresa nunca haya tenido dicho supuesto valor. En múltiples ocasiones se ha dado la circunstancia de que las empresas han lanzado al mercado de valores títulos de deuda privada con unos altos intereses para atraer la atención del consumidor y éste obnubilado por esos castillos en el aire ha terminado perdiendo su capital cuando la empresa, ante la deuda para con ellos, se ha declarado en quiebra.
Una vez más, para “jugar” en bolsa no sólo es preciso un conocimiento (a mi juicio profundo) de cómo funciona el mercado sino la suerte y la ocasión; lo que algunos denominan “MOMENTUM”.
Y es que realmente las transacciones realizadas en el Palacio de la Bolsa distan mucho de las que efectuamos diariamente en cualquier supermercado. Allí los economistas (considero que las personas que se dediquen a este oficio tienen que tener una preparación previa por, a mi juicio, la complicación que entraña la propia profesión) venden acciones, valores y títulos de la más variada procedencia cuyo valor económico está sometido a las fluctuaciones del mercado.
No obstante ser inversor en bolsa entraña sus propios riesgos (y por extraño que parezca éste es uno de los motivos que suscita el interés de muchos inversionistas, el propio riesgo; por otra parte a mi me enseñaron de pequeña que con la comida no se juega) y no es sólo el pánico de que las acciones de tu propiedad bajen de valor, sino que, en realidad, la empresa nunca haya tenido dicho supuesto valor. En múltiples ocasiones se ha dado la circunstancia de que las empresas han lanzado al mercado de valores títulos de deuda privada con unos altos intereses para atraer la atención del consumidor y éste obnubilado por esos castillos en el aire ha terminado perdiendo su capital cuando la empresa, ante la deuda para con ellos, se ha declarado en quiebra.
Una vez más, para “jugar” en bolsa no sólo es preciso un conocimiento (a mi juicio profundo) de cómo funciona el mercado sino la suerte y la ocasión; lo que algunos denominan “MOMENTUM”.
1 comentario:
eres un traidor
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